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Los caminos que han marcado la vida de la embajadora palestina Vera Baboun

  • En entrevista exclusiva con Al Damir, la diplomática que llegó a nuestro país en diciembre de 2022, para encabezar la embajada Palestina, nos abrió las puertas de su casa para hablarnos de su vida y resiliencia ante los retos que ha debido enfrentar.

La embajadora palestina Vera Baboun (58) es una mujer de profundas convicciones y una resiliencia que ha sabido forjar a lo largo de los años. Nos recibe en su casa y mientras compartimos una taza de café la invitamos a hablar sobre su vida, sus hijos, cómo llegó a la política, a ser diplomática y cómo han sido estos meses a la cabeza de la embajada.

Es muy cálida, agradable y por momentos se emociona profundamente cuando la conversación la lleva a recordar todo lo que ha tenido que pasar con su familia para convertirse en la mujer que es hoy.

Cuando le preguntamos el origen de su nombre, nos cuenta una anécdota de cuando su padre le contó a su abuelo que había nacido, él no podía creer que no fuera un niño. En el hospital dijeron: ‘Es una niña… ¡es verdad!’ Entonces, decidieron llamarla Vera, que en italiano significa verdad.

Llegó a Chile el 15 de diciembre de 2022, convirtiéndose en la primera embajadora política, y no de carrera, de Palestina en Chile. Comenzó su carrera política en 2012, cuando fue elegida la primera mujer alcaldesa de la ciudad de Belén, cargo que ocupó durante cinco años. Luego se desempeñó como miembro del Consejo Nacional Palestino.

Su objetivo de trabajo en nuestro país es fortalecer las relaciones bilaterales entre ambos países. Una de sus actividades diplomáticas ha sido reunirse con el Ministro de Relaciones Exteriores para conmemorar la Nakba que se llevó a cabo en el Ministerio de Relaciones Exteriores el 26 de mayo por primera vez en Chile. Además, fue una de las principales impulsoras de la obra presentada por el grupo de teatro Artistas por Palestina, que realizó un espectáculo de lecturas dramatizadas sobre la ocupación del país árabe.

Lo cierto es que para la diplomática, que presentó sus cartas credenciales al presidente Gabriel Boric el 25 de abril de 2023, ser la primera no es la excepción en su vida. Entre 2000 y 2006 fue la primera en dirigir el Vicedecanato de Estudiantes de la Universidad de Belén. Tiene una maestría en literatura afroamericana y enseñó literatura inglesa en la Universidad de Belén. Ha escrito un libro titulado For the Love Of Bethlehem: My walled City *2016 (en francés) y en 2013 participó como investigadora de género y profesora en la redacción y publicación de su investigación cualitativa de género en un libro titulado Mujeres y TIC en África y Oriente Medio; personalidades cambiantes, sociedades cambiantes.

Dice que en su vida, siempre se ha encontrado en la disyuntiva de tener que elegir un camino u otro, y para ilustrarlo recuerda el poema del estadounidense Robert Frost, «The Road Not Taken».

Embajadora ¿qué puede compartir con nosotros sobre su infancia, cómo creció en Palestina?

R: Fui criada de una manera muy particular en el contexto de una familia árabe. Soy la mayor de cuatro hermanos y la única mujer, pero mi padre en particular siempre ha sido un tremendo apoyo, todo lo que he querido en mi vida lo ha respetado. Cuando era niño descubrí que podía cantar, pero lo hacía sola. Mi padre lo sabía y cada vez que estábamos con gente me pedía que cantara, yo me ponía nerviosa, pero me decía: ‘Vera, tienes una voz preciosa’. Él me ayudó a romper el miedo y la timidez. A los 15 años me convertí en la primera niña exploradora en encabezar el desfile de Navidad y ese fue otro miedo que ronpí. A los 18,mientras estudiaba en la universidad, empecé a trabajar en mi escuela como maestra mientras estudiaba en la universidad.

¿Liderar ha sido un desafío en su vida?

R: Ser la primera siempre es un desafío y también una carga. Es una presión asegurarte de que tu historia esté cargada de éxito para que otras mujeres puedan seguirte. En la vida o tomas el camino fácil o el difícil… Si tomas el segundo, te vas a encontrar con muchas dificultades, con maleza, y rocas. Para limpiarlo debes usar toda tu sabiduría, toda tu audacia. Es la única manera de abrir el paso a las mujeres que vienen después. En Palestina viví una vida muy relajada, mi familia tenía una situación económica muy buena y no necesitaba trabajar. Mi padre rechazó por completo esa idea, pensó en lo que iba a decir la gente…, pero lo convencí. Esta decisión no tuvo nada que ver con el dinero, se trataba de mi empoderamiento, del derecho a tener una voz, ¡fue mi elección! Y fui por mi sueño. Decidí empezar una vida de trabajo duro, creo que ese fue mi primer renacimiento. Si no fuera por esa decisión, no estarían aquí -40 años después- haciéndome esta entrevista.

MI ESPADA ES MI VOZ

Durante la primera Intifada, su esposo Johnny fue arrestado y sentenciado a tres años en un centro de detención israelí. Vera tenía solo 25 años y era madre de tres hijos. Decidió salir adelante por ellos y el resto de su familia. Se levantó de nuevo con más fuerza. Continuó estudiando, impartió clases, logró fortalecer su don innato de liderazgo y se presentó a las elecciones de alcaldesa en 2012, donde por supuesto ganó, convirtiéndose en la primera alcaldesa electa de Belén.

¿Cómo fue ése momento cuando las fuerzas israelíes se llevaron a su esposo?

R: Fue en 1990, durante la primera Intifada…, hasta ese momento no sabía que Johnny era un activista político, fue una sorpresa, ¿te imaginas eso? Recuerdo que vi a mis hijos durmiendo y les dije a los israelíes que iría por mi esposo, pero por favor no despierten a mis niños. Hace una pausa, se emociona y continúa: Yo no quería que tuvieran esa imagen, la de su padre siendo llevado por los soldados, y tampoco quería que abrieran los ojos y se impregnaran de miedo. Entonces, en silencio, Johnny salió por la puerta y no regresó a casa durante tres años. Entonces pensé en el poema de Frost… estaba allí, una vez más en la encrucijada. Tuve que decidir si quedarme en casa lamentando lo sucedido o ser una mujer activa y profesional.

Comenzó a trabajar como académica en la Universidad de Bethlehem mientras obtenía su Maestría en Literatura Afroamericana. Paralelamente, visitaba a su esposo con sus hijos. Fueron días extenuantes que comenzaban con el bus de la Cruz Roja llevándolos a las 5 de la mañana y regresando a las 3 de la tarde.

Recordando esos años, ¿cómo salió adelante con sus hijos a pesar de todo el escenario adverso?

R: Había pasado un año desde la detención de mi esposo y yo estaba en una situación realmente difícil, trabajo, estudio, crianza, visitas a la cárcel, que era un lugar terrible… ¡era demasiado para mí! Entonces, un día, leyendo mis viejos diarios de vida, encontré un pasaje que había copiado de un sermón: “La bendición habita en el vientre del sufrimiento. Aprende a darle vida”. A los quince no lo entendía, solo me gustaba cómo sonaba, pero en ese momento me hizo cambiar el switch. Pensé en mi situación, en todas las dificultades que estaba pasando con mi familia, entonces decidí que aun cuando sufriera, iba a sonreír… ese cambio fue mi tercer renacimiento.

¿Cómo fue cuando su marido volvió?

R: Cuando Johnny llegó a casa estaba muy enfermo. Se sometió a una cirugía a corazón abierto, pero su salud se deterioró. Tuvimos dos hijos más y yo seguí con mis estudios y trabajo. Mi esposo dirigía el negocio de automóviles de su familia. Nuestra vida era casi normal, hasta que un día, en el año 2000, recibimos una llamada a las 4 de la mañana… era una vecina. El ejército israelí había demolido el negocio durante la noche. Llegamos y el lugar estaba en ruinas, ¡Johnny estaba enfermo y había aguantado tanto! Pero me di cuenta de que no habían destruido todo, la dignidad de un hombre está en su trabajo, soy consciente de eso, y quise cuidar la suya. Le dije que no se preocupara, que podíamos arreglarlo. Johnny confió en mí y en dos meses volvimos a abrir la concesionaria de autos.

Vera se detiene un momento para atrapar las lágrimas que se escapan, su voz se vuelve más pausada y continúa con su relato.

R: Dos semanas después de las reparaciones, recibimos la misma llamada. Esta vez destruyeron todo, esta vez demolieron a Johnny. Fue el final para él. Mientras mis hijos jugaban entre los escombros, Johnny miró a su alrededor y dijo: ́Vera, te doy mi escudo y mi espada´. ¿Sabes lo que significa cuando tu esposo te dice esto? ¿Puedes imaginarlo? ¡Se rindió! Me decía, ¡lucha por mí y por nuestra familia! Desde ese momento llevo su escudo y su espada, protegiendo a todos los que puedo, luchando por mi patria, por mi causa, por mis hijos, por mí… Mi espada es mi voz. (En 2007 su esposo falleció como un mártir)

SU CAMINO EN LA POLÍTICA

Embajadora, ¿fue una sorpresa ganar las elecciones en Belén, para ser alcalde?

R: No fue una sorpresa para mí, esa es la diferencia entre lo que la gente ve y la máscara que hay detrás. Soy una mujer que cuenta sus pasos antes de emprender cualquier viaje. En 2010 dejé mi vida académica después de 20 años y decidí cambiar de rumbo. Fui madre de cinco hijos, esposa de un mártir, toda mi vida ha sido un camino no transitado. Sabía que me encontraría con tantos desafíos, pero al final el recuerdo de mi esposo, su sacrificio, me empujó hacia adelante. Mi camino de 20 años -antes de las elecciones- fue una preparación para decir sí a la conducción de la campaña electoral, si uno irradia confianza, entonces recibe la confianza de la gente. El día de las elecciones fue un momento que nunca olvidaré en mi vida, fue una victoria contundente con mucha responsabilidad y desafíos. Si visitan el Municipio de Belén verán mi foto como la única mujer entre los otros 18 alcaldes, quisiera ver otras alcaldesas.

Una intensa campaña…

R: A veces la gente se pone esa máscara de poder, pero no la necesitas para ser más poderoso, yo era natural y estaba segura de que ganaría. Mi campaña comenzó el 6 de octubre, que es mi cumpleaños y creo que fue otro renacer en mi vida.

Siendo alcaldesa me imagino que sabe del trabajo que hace la Fundación Belén 2000 para becar escuelas en Palestina.

R: Una de las cosas más importantes para Palestina es la educación y lo que viene haciendo la Fundación Belén 2000, apoyar a los jóvenes es muy importante, porque la educación allí está pasando por una situación muy difícil. Este apoyo es muy importante para todas las familias, es un sueño. Entrega un sentido de responsabilidad y respeto por la educación y les agradezco, porque salvan el futuro de nuestros estudiantes, es un gran trabajo y apoyo el que hace la fundación.

Pasando a otro tema, ¿de dónde viene toda su energía?

R: Soy una mujer de paz, dentro de mí hay mucha paz… Estoy reconciliada con Vera, estoy en paz conmigo misma, y ​​hay energía para seguir ¡Toda mi vida se trata de caminos no tomados! No lo llamo conflicto, lo llamo opciones. Acepto mi destino. A veces nos rebelamos contra nuestro destino, pero esa fuerza interior es una capacidad que tienen muchas mujeres y tal vez no lo saben. Mi Señor es mi voz, mi educación es mi capacidad, mi causa es mi amor por mi pueblo y mi familia…

¿Tiene algún hobbie, se toma un tiempo para relajarse?

R: ¡No hay tiempo para pasatiempos! Mi vida es trabajo y trabajo, mi vida fue construida totalmente para correr por este camino, es cuestión de ser o no ser. Mi escape está en ver a mis hijos e hijas disfrutar de la vida. Tengo amigos, pero nunca encuentro el tiempo para socializar. Hoy ocupo todo mi tiempo libre estudiando español, estoy practicando todo lo que puedo.

¿Diría que eres feliz?

R: Sí… ¿sabes? Trato de tomar cada dificultad positivamente. Solo en los desafíos encuentras el camino para renacer, ninguna realidad nueva puede nacer sin un desafío. Soy una mujer con paz interior y siempre rezo, soy una mujer de fe y eso me ayuda mucho. Me he reconciliado conmigo misma, he aceptado mi destino y he afrontado cada desafío como una bendición, como un renacimiento. Soy una mujer sencilla, soy Vera.

Por Stephanie Elias y Paulina Latrach

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