Su fuente de inspiración para abordar temas en su libro como cuidado del medio ambiente
- Esta periodista se aventuró a tratar de generar conciencia en temas del cuidado del medio ambiente, cuando el cambio climático aún no era abordado por los medios internacionales o como agenda de los líderes de países en el mundo. Esta es su historia y por qué escribió ‘La marcha de las anémonas”, cuyo escenario se desarrolla en la isla de Chiloé.
Comenzó a escribir su libro “La marcha de las anémonas” cuando abordar temas de cambio climático no era noticia. “La energía y la ingeniería genética siempre me cautivaron. Cuando apareció la sentencia científica acerca del cambio climático más allá de la variabilidad natural, rápidamente supe que era importante y que estaba ligada a esos dos temas míos, en medidas de mitigación (fuentes renovables) y en adaptación (cultivos resistentes a las sequias y estrés térmico), respectivamente. Trabajaba en El Mercurio a cargo de dos columnas semanales: Ciencia y tecnología” y Medioambiente y desarrollo”. Sin embargo, la nueva dirección del diario me llamó para decirme que estaba causando temor en los lectores. Me molesté e insistí prudentemente. Y me dije, además iré por mi cuenta con una novela, pero con base científica para despertar conciencia. La presenté a una editorial de España de nuevos talentos (Espiral) y fui seleccionada para su publicación el año 2008. Mi hermana Nelly, que es pintora, fue quien me hizo una espléndida portada del libro que ganó en ése año el tercer puesto en ese país por su arte”, comparte con Al Damir, Lilian Duery, periodista científica, escritora de origen árabe y francesa.
¿Cómo nace la idea de este libro?
R: La creatividad surge cuando una está ensimismada en conseguir lo que se cree fehacientemente. También, contribuyó que uno de mis entrevistados era experto en negociaciones del cambio climático. Me enamoré de él, nos convertimos en pareja y la idea llegó con la fuerza de un poderoso imán. Lo más difícil fue hilvanar una trama entretenida y, a la vez, compleja. No podía ser de otro modo para un tema que así lo amerita.
¿Qué te hizo click?
R: El seguir aprendiendo y saber que tenía una responsabilidad con mis lectores de adelantarlos a lo que venía. Leía mucho, pero no tuve el apoyo necesario de unos nuevos jefes de mi diario. Me di el gusto de renunciar de un día para otro, pero con el libro recién salido de imprenta en mis manos. Lo hice justo para la crisis subprime. Perdí mi finiquito en una semana. Acepté tontamente consejos de funcionarios bancarios.
¿Siempre quisiste escribir un libro?
R: ¡Desde los 9 años! pero solo un tío escuchaba mis sueños. Mi padre, muy culto, se sintió después muy orgulloso de mí. En mi trayectoria trabajé como editora de muchos libros (académicos y biografías). Luego incursioné con mi primer libro “Los avances del conocimiento”, una selección de 100 de mis artículos como columnista, oportunidad que me ofrecieron cuando recibí el Premio Nacional de Periodismo Científico “Hernán Olguín” 1996, instaurado por primera vez por lo que era el Laboratorio Chile. Fue regalo de Navidad para 500 médicos chilenos. Alfredo Andonie, presidente del directorio y a quien todos recordamos, fue excelsamente generoso con los ecos de tal galardón. También soy parte de una antología argentina con un cuento muy humano, de un libro sobre los 50 años de la energía nuclear en Chile (quedó en el aire con la ida de su director) y, en 2021, con un libro muy sencillo titulado “Un molle que la ciencia tiñó de luz”, que decidí escribir por el fallecimiento del doctor Humberto Maturana, quien fue mi profesor en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Relata la época de gran esplendor intelectual de ese lugar (el molle, el árbol que todavía sigue allí fue un testigo). Es una remembranza a tantos investigadores que me quisieron y me guiaron con extraordinaria grandeza. Está en https://weprint.app/products/copia-de-bosques-de-chile
¿Cuánto tiempo te tomó escribir La marcha de las anémonas?
R: Un año, trasnochando, porque trabajaba todavía en “El Mercurio” y los fines de semana tenía que dividir mi tiempo entre este oficio y estar con mi madre ya viuda.
¿Cómo dirías tú que ha sido la recepción?
R: Con muchos elogios de quienes me han leído y la mayoría me dice que se imagina la historia en el cine. Pero no he tenido ni el tiempo ni el apoyo financiero para difundirlo. De verdad que, a través de su lectura, que se inicia con reflexiones hasta desatar la trama, se aprende de temas hoy tan actuales, como de virus invasores, clonación, efectos del cambio climático, poderes malévolos y sobre lo que es capaz del humano por prolongar la vida.
¿Dónde lo podemos encontrar?
R: Por dos vías y si se desea con despacho a domicilio: en el Club de lectores del Diario El Mercurio (solo quedan cuatro ejemplares) https://www.tiendaclubdelectores.cl/producto/165336/la-marcha-de-las-an%C3%89monas o en Weprint App: https://weprint.app/products/la-marcha-de-las-anemonas
¿Quieres seguir en esta área? ¿Tienes otro proyecto en mente…?
R: ¡Sí! Como finalizó mi trabajo en la CEPAL de las Naciones Unidas y mi madre vive conmigo, mi opción hasta ahora es escribir, pero con el apoyo de una gran editorial que se encargue de comercializar un nuevo libro y obtener ingresos. Con “La marcha de las anémonas” no obtengo rédito. Solo aspiro a que me lean. Mi proyecto es continuar con mi personaje favorito, Dorfi, un encantador ser clonado y transgénico poseedor de los más encomiables genes humanos y de algunos animales. Mi propósito es que él conduzca a la sociedad a un “transhumanismo, a una civilización corregida en su actuar mezquino, no solo dotada de genes para conseguir mentes más brillantes. Para eso nos ayudará la inteligencia artificial, la que sabrá cruzar grandes datos a toda velocidad.
Hace una pausa y prosigue:
R: Siempre ando pregonando que el planeta debería dejar de girar por unos minutos y mediante un buen sacudón echar al espacio a mucha escoria humana mentalmente enfermiza, pero antes pulverizada para que no lo ensucien.
Al leer la reseña de tu libro es tan actual, un tema tan relevante, ya tienes una segunda edición…
R: Sí como novata cometí un error en la primera edición de España al agregar mucha información científica. Por tal motivo, la edición chilena de ahora es más corta, pero no actualizada. Lo que fue ciencia ficción hace casi 16 años hoy es una realidad. Es su valor.
¿Por qué en Chiloé? ¿Qué te llevo a centrar en ese lugar mágico?
R: Un amigo me contó fascinado acerca de su viaje en yate por fiordos y canales de Queilen, una caleta perdida en Chiloé y también del mundo. Entonces había hallado el escenario ideal para un centro de biomedicina que fraguaría en mi historia realizar soterradamente trasplantes que permanecerían frescos por 200 años con una mezcla de un crustáceo y embriones de mujeres. Tal fue mi afán por conocerlo que recorrí en mi automóvil muchos kilómetros hasta llegar a ese lugar apartado de la isla. Obviamente, que el panorama que tuve por tierra ante mi vista fue muy diferente, pero calzaba con mi objetivo.
Los personajes, ¿cómo nacieron?
R: Los ideé de mi propia vida, con excepción de Dorfi. No sé cómo emergió él, pero sigue muy vivo en mí. Lo extraño, mucho. Como todas mis historias no tienen fin, él volverá, y una vez más a devolver tranquilidad a la humanidad. Aquí es cuando siento que sí tengo alma de escritora, aunque no consagrada, todavía.
Por Paulina Latrach
Editora de Al Damir