- Esta empresa es la sexta más antigua del país brasileño, y se caracteriza, porque en su fábrica se realiza todo el proceso productivo de los productos, desde el cultivo del algodón hasta la confección del producto terminado. En nuestro país su llegada es gracias a la familia Auad, quienes comparten con Al Damir el éxito de su empresa.
La familia Auad es reconocida por ser parte del negocio textil. Y hace 15 años decidieron darle un giro a la empresa pero esta vez sería en torno a la decoración, telas de tapicería y cortinaje. Sin embargo, cuando llega la pandemia todo cambió. “Mi padre por problemas de salud y ante el riesgo de contagio lo tuvimos que mover a su casa de Algarrobo para que estuviera más aislado y evitar el contagio. Al mismo tiempo, mi hermana Claudia quien llevaba el negocio en ese momento también es diagnosticada de una terrible enfermedad… Es ahí cuando debo asumir la conducción de la empresa ante la ausencia de ellos dos. Por mi parte también siempre he estado ligado a la industria textil, por ende, no era mundo desconocido para mí. Estaba alejado hace tiempo de la comercialización tradicional eso sí, dedicado ciento por ciento a mi fábrica de ropa en China que tengo hace más de 19 años a través de la cual fabricamos ropa para las multitiendas locales de nuestro país y otros países bajo el esquema de venta en origen”, cuenta Juan Carlos Auad a Al Damir.
Es ahí cuando nace la idea de agregar nuevas líneas de venta a la empresa y se produce el acercamiento con la marca Karsten de Brasil, empresa que Diego conocía hace muchos años ya que le habían comprado telas. “El elemento diferenciador de la marca es la tecnología e innovación en sus productos. Luego de más de 100 años en la industria, han podido detectar los problemas y necesidades de las personas al momento de comprar artículos para el hogar, creando toallas muy absorbentes, sábanas muy suaves y manteles prácticos para el día a día de las personas”, explica el representante de Karsten en Chile.
Don Juan Carlos ¿cuéntame de los orígenes de tu familia?
R: Nuestra familia llegó a Chile a principios de los años ‘20 desde Beit Jala, Palestina. Mi abuelo Amado Auad Kunkar y mi abuela Regina James se radicaron en Chillán y ahí formaron familia y criaron a sus hijos en su infancia. Sus hijos son Alberto, Nuncio, Zaqui, Nelly, Mario y Raul Auad James. Llegaron a Santiago después del terremoto de Chillán específicamente a la comuna de Ñuñoa. Cabe destacar en este punto que mi padre fue hasta sus últimos días un hombre muy comprometido con la causa Palestina, así como también con la comunidad Palestina en Chile, entregando siempre lo mejor de sí para dejar siempre en alto a toda la comunidad, e innegable fue su aporte por muchos años al ocupar la presidencia del Club Palestino y de los ‘Hijos de Beit Jala’ por largo tiempo. Don ‘Keko’, como lo conocieron todos dejó una huella imborrable en nosotros y en quienes lo conocieron.
Diego, ¿cómo ha sido tener esta reconocida marca en Chile?
R: La idea era poder agregar productos al porfolio de la empresa que fueran susceptibles de ser comercializados a través de plataformas digitales y así subir a la empresa a las nuevas herramientas que claramente serán el futuro del comercio, ya que con las telas era prácticamente imposible poder vender a través de canales digitales. Así las cosas, cerramos un acuerdo de distribución exclusiva con Karsten de Brasil, empresa con más de 142 años en el rubro (la sexta empresa más antigua del país vecino) con el objetivo de introducir la marca Karsten con mayor fuerza en el mercado nacional a través de sus líneas de productos de cama, mesa y baño. Con una amplia oferta de productos en todas sus líneas, tales como, sábanas, cubre camas, plumones, cubre colchones, fundas de almohadas, toallas de baño en todas sus medidas, línea para niños, manteles, individuales, paños de cocina, etc. La propuesta de valor es bien clara y diferenciadora de la competencia, calidad de excelencia a precios competitivos con todo el diseño de la industria brasilera y con hilados de algodón como sólo en Brasil saben trabajar. Karsten es una empresa con integración vertical, parten desde el hilado hasta el producto final que hoy puedes encontrar a través de nuestro sitio web www.karsten.cl, pasando por el teñido, estampado y confección, es decir el 100% del proceso productivo es realizado en la planta en Brasil que cuenta con más de 130.000 m2 de facilidades donde trabajan más de 3.000 colaboradores.
Juan Carlos, en estos años, ¿cómo ha sido el impacto comercial?
R: Vamos a cumplir dos años operando y la experiencia ha sido notable, hemos tenido un crecimiento sostenido en el tiempo y con muchas proyecciones para el 2025 las cuales incluyen la apertura de nuestra primera tienda física, y la llegada también al retail a través de tiendas de departamento. Tarea que se hace menos difícil cuando uno cuenta con el respaldo de una empresa grande, sólida y consolidada como Karsten. Siguiendo con la tradición familiar es que seguimos trabajando en familia, eso sí, bajo la mirada del siglo XXI que es bastante distinta a la que tenían mis abuelos y padres donde muchas veces ni las funciones ni los roles estaban del todo claro dentro de sus empresas. Junto a mi hijo Diego, estamos consolidando un equipo de trabajo bien cohesionado, prontamente también se incorporará Claudia, mi mujer, quien nos sumará toda su experiencia en ventas, también está todo el apoyo de mis hijas, ambas psicólogas de profesión quienes también nos ayudan mucho con nuestros colaboradores. Sin duda ellos también han absorbido el legado de mis padres y abuelos, cual es, trabajo duro siempre con honestidad en los negocios y siempre sabiendo que el mayor activo que uno tiene es el nombre, porque tanto los éxitos, como los fracasos siempre están a la vuelta de la esquina. Cuando uno es empresario o emprendedor, el actuar con honestidad y transparencia es lo que siempre te va a permitir levantarte una y otra vez y seguir desarrollando todos tus proyectos.
Por Paulina Latrach
Editora de Al Damir