UN PROYECTO SOCIAL INCLUSIVO
“Buscamos acercar el esquí y snowboard a comunidades cordilleranas de bajos recursos, fomentando la vida sana y economía local”, afirma Mario Fernandino Yarur, uno de sus fundadores.
Chile se posicionó por sexto año consecutivo como el Mejor Destino de Turismo Aventura del mundo en los World Travel Awards (WTA). Sin embargo, un alto porcentaje de las personas que viven en nuestra Cordillera de los Andes no están familiarizados con los deportes inherentes a este ambiente maravilloso. Motivados por su amor a los deportes de montaña, un grupo de jóvenes decidió crear, en 2019, la Fundación Chilesquía. “Como fundación, nos apalancamos del deporte de montaña para contribuir al desarrollo orgánico de las comunidades cordilleranas en Chile. Realizamos talleres de esquí, seguridad de montaña y sustentabilidad, donando los equipos necesarios. Junto a expertos, preparamos una malla educativa para entregar las herramientas para que las comunidades aprovechen las oportunidades laborales del deporte y su entorno”, comenta Mario Fernandino Yarur.
Hijo de Mario Fernandino y Paulina Yarur, Mario destaca de sus orígenes árabes la unión familiar. “Desde chico he estado muy cerca de mis abuelos (Jorge Yarur Rey y Paulina Chamy), nos juntamos almorzar los domingos y lo mejor es la comida que prepara mi abuela”. Luego de estudiar Ingeniería Comercial y trabajar en una empresa de tecnología, decidió emprender. “Quise dedicar mi vida a lo más me gusta, el ski. Por eso junto a mi socio, Santiago Pérez, creamos Andes Touring, una plataforma de ski de randonnée o ski de montaña. Este es un deporte que mezcla la caminata hacia arriba de la montaña para luego descender esquiando. La empresa tiene la misión de entregar, en un mismo lugar, todas las herramientas necesarias para practicar este deporte. La plataforma tiene tres áreas de negocios: arriendo y venta de equipamiento; información y experiencias, como salidas guiadas, encuentros, cursos para que las personas se eduquen porque es un deporte de riesgo. He podido conocer a muchos operadores turísticos de calidad y lo que falta es que lleguen al turista nacional y extranjero y eso es lo que hacemos. No somos guías sino que hacemos las conexiones para que nuestros clientes tengan las mejores experiencias con operadores certificados”.
POTENCIAR EL DEPORTE Y CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE
Mario Fernandino ha hecho del ski su fuente laboral y la manera de ayudar a otros.
¿Cómo surge la idea de Fundación Chilesquía?
En la búsqueda de mejores lugares para esquiar fuimos a la Araucanía Andina, a Ránquil, donde nadie del lugar practicaba el deporte. Llegamos a una cabaña que arrendaban unos lugareños, Miguel y Felipe, nietos de la dueña, la señora Trinidad. Ellos tenían nuestra edad y no conocían este deporte. Al conversar con ellos, nos contaron que los meses de invierno eran un problema porque quedaban aislados por la nieve. Después de esa visita nos contactaron porque querían aprender a esquiar y nos pidieron que les consiguiéramos un equipo. La siguiente vez que fuimos, les llevamos los equipos y les enseñamos los conceptos básicos del ski. Durante nuestra próxima visita, ellos ya nos acompañaron a esquiar. Nos quedamos impresionados de lo rápido que empezaron a esquiar y nos dimos cuenta que ellos veían al ski como una herramienta para trabajar, recorrer el campo, incluso para ir a comprar. Fue ahí donde pensamos: por qué no ayudar a más personas que viven en estos lugares. Con Santiago y Dominique comenzamos a trabajar en este proyecto y buscar donaciones de las personas que conocíamos.
¿Cómo trabaja hoy Fundación Chilesquía?
Nuestra visión es que las comunidades logren ver todas las oportunidades que hay en base al deporte y turismo, porque ellos viven lugares naturales muy privilegiados. Cuando las personas se dedican al deporte y turismo quieren resguardar su lugar de trabajo y eso contribuye al cuidado del medio ambiente.
Para lograr este objetivo, contamos con un gran equipo de voluntarios y colaboradoras que apoyan nuestro proyecto. Les enseñamos a los niños a tener una vida sana, las principales normas de seguridad en la montaña y la importancia de cuidar el medio ambiente. Además de recibir donaciones de equipamiento de ski que la gente ya no usa, contamos con marcas que nos apoyan, en especial, el Centro de Esquí Corralco. Ubicado en la Araucanía Andina, vieron que apoyar a nuestra fundación era una buena manera de acercarse a las comunidades.
¿Cómo ha sido la recepción de las comunidades indígenas?
Estamos trabajando con cinco comunidades: la de Lonquimay que lidera nuestro amigo Isaac, que es mapuche. Lo conocimos durante nuestras primeras visitas al lugar, y al que citamos como un caso de éxito en nuestras clases porque en los terrenos de su familia, construyó una cabaña para recibir a turistas esquiadores. La segunda comunidad es la de Pedregoso donde capacitamos a 35 niños; Neltume donde trabajamos en conjunto con la Fundación Huilo Huilo en su taller de nieve y les donamos equipos. Este 2022, se agregaron un par de escuelas de Vilcún, que tiene un club de ski y donde los niños recibieron donaciones de nuestro equipo. También, este año trabajamos por primera vez con la comunidad de Icalma. Fue un gran desafío porque eran 50 niños que recibieron nuestras donaciones y capacitación. Ninguno de ellos sabía esquiar y terminaron todos deslizándose sobre los esquís.
¿Cómo se puede ayudar?
Donando equipos de esquí que estén en buen estado, no muy antiguos y con apoyo monetario. // www.chilesquia.com // También hacemos rifas con premios que nos donan nuestros auspiciadores. Al ser una fundación, también existen beneficios tributarios para las empresas que nos hagan aportes. Otra manera de ayudar es a través de contactos, por ejemplo si conocen a alguien del gobierno regional de la Araucanía porque existen fondos que nos ayudarían mucho en nuestro proyecto.
¿Cuál es tu sueño?
Como soy un fanático del ski quiero que mi país sea el destino número uno de deportes de invierno del Hemisferio Sur y para eso hay que potenciar el turismo en todas las comunidades locales. Como fundación, lo que nos da más alegría es ver cómo los niños reaccionan a lo que les estamos enseñando y de todas las oportunidades que se les abren. Nos dimos cuenta que nuestro esfuerzo vale la pena porque generamos un impacto positivo en ellos, sus familias y la comunidad en su conjunto. Esto nos llena de satisfacción.
Nuestro siguiente paso es lograr la certificación de estos niños y jóvenes para que no sólo les entreguemos clases sino que una herramienta de trabajo. Queremos expandir nuestra ayuda a escuelas de más regiones, no sólo comunidades indígenas. Chile es un país de montaña y queremos que también sea de deportes outdoors.