- Durante la pandemia creó “Una Cocina Feliz” (@unacocina_feliz) , para entretenerse. Hoy su Instagram cuenta con más de 20 mil seguidores que siguen sus recetas y clases. Pronto dice, lanzará varias novedades inspirada en su viaje gastronómico por el Medio Oriente. Aquí comparte su historia y una receta: rellenitos vegetarianos
Fernanda Giacaman opera su emprendimiento desde su departamento en la calle Colón. Tiene 30 años, el pelo crespo, la piel morena, la sonrisa amplia, y los ojos grandes que se abren como soles cuando habla de algo que le apasiona: su familia, sus amigos, sus proyectos, Palestina y la buena mesa.
Su cocina es larga y angosta y todos los espacios están repletos de frascos de especias de colores, cada uno con su etiqueta. Fernanda los muestra y me deja olerlos, como una niña que quiere compartir sus juguetes. Una de las paredes está pintada de negro tiza y dibujado sobre ella en colores pasteles hay ilustraciones de flores, recetas y, en la parte superior, con letra cursiva se lee: Una Cocina Feliz.
-¿De dónde viene tu acercamiento con la cocina?
-De mi mamá, ella siempre cocinó para el familión. Somos seis hermanos. Yo chica me instalaba con ella por las tardes en la cocina a separar las hojitas de parra en el colador. También era muy regalona de mi papá y me encantaba hacerle galletas de lúcuma que traíamos desde Quillota. La cocina para mí, como para muchos paisanos, es una forma de mostrar cariño, de estar con mi familia, pero también es una oportunidad para experimentar. Siempre he sido muy manual, muy de olores, de sabores, y la cocina vino a englobar todo eso. Aunque te soy sincera, yo jamás me imaginé desarrollando un proyecto en torno a la comida.
Fernanda no es chef, es cocinera. Ella lo aclara desde el principio. Estudió dos años arquitectura y luego se cambió a diseño. Trabajó cuatro años en una empresa grande hasta que fue despedida durante la pandemia. Armó entonces una agencia de diseño y en paralelo empezó a compartir sus recetas por Instagram.
-¿Cómo nació “Una cocina feliz”?
-Durante la cuarentena, mi prima Pili con la que vivo, me dio la idea, pero al principio no quise porque no me gusta ventilar mi vida en redes sociales. Un día de abril de 2020 ya no daba más de aburrida y dije ya, lo voy a intentar, lo pensé como una manera de entretenerme y también de sociabilizar, y de una forma súper inesperada esto fue agarrando vuelo y la cocina se convirtió en una especie de personaje.
Fernanda dice que a los pocos meses la llamaron de Canal 13 para una nota de cocina chilena y su número de seguidores se disparó, de la noche a la mañana, de 800 a 3000. Actualmente su Instagram cuenta con más de 20 mil seguidores. Participó en el primer Mercado Paula versión online y ha ido a los estudios de Copesa para el Club Paula Cocina. Actualmente ofrece clases online, pero principalmente la llaman empresas.
– ¿Cómo ha sido la experiencia de hacer clases?
-Me encanta porque soy una persona muy sociable. Al principio estaba nerviosa de que me preguntaran algo que no supiera, pero hay que soltar la expectativa de querer saberlo todo. Así salí de mi zona de confort, probé recetas y técnicas nuevas y me fui perfeccionando. Hoy si no sé algo digo que lo voy a investigar y vuelvo con una solución.
FRUSTRADO VIAJE A PALESTINA
El mes pasado Fernanda y su hermano Pablo viajaron al Medio Oriente con un itenerario que incluía Irán, Líbano, Jordania, Palestina y Egipto, con el objetivo de empaparse de la cultura y, por supuesto, probar cada plato que fuera posible.
-Este era un viaje que teníamos planeado hace un par de años, pero por la pandemia tuvimos que postergarlo. Por dos años estuvimos con clases de árabe aunque al final usamos solo diez palabras (ríe). Yo por mi parte decidí volver a comer carne y azúcar que llevaba varios años sin consumir. Empecé dos meses antes y al principio me sentí pésimo, fue como volver a darle droga a mi cuerpo, pero no me arrepiento, no quería perderme la experiencia de probar el cordero o los dulces árabes.
Fernanda dice que antes de partir averiguaron si tendrían problemas para entrar a Palestina luego de visitar otros países árabes, incluso llamaron a la embajada de Israel quien les indicó que solo debían cumplir con el protocolo del Covid-19. Sin embargo, cuando llegaron a la frontera después de visitar Irán, Líbano y Jordania no los dejaron pasar.
-Nos interrogaron durante seis horas, a mi hermano Pablo lo dejaron en calzoncillos, y nos revisaron también el celular. Al final simplemente nos dijeron que no nos daban autorización de entrar y que volviéramos antes de que cerraran la frontera con Jordania. Se negaron a darnos más explicaciones, hacían como que no entendían inglés después de habernos interrogado por horas. Hace mucho tiempo que no lloraba de rabia e impotencia, porque nuestro sueño era conocer nuestra tierra, era lo principal del viaje y aunque sabíamos que nos iba a costar nunca nos imaginamos que no nos iban a dejar pasar.
-¿Qué hicieron después de que les negaran el paso a Palestina?
-Volvimos con la moral muy baja a Jordania. Yo compartí toda la experiencia a través del Instagram de Una Cocina Feliz y fue impresionante la cantidad de mensajes de apoyo que recibimos, incluso de personas de la comunidad judía. Nos contactamos con la embajada de Israel en Chile y con la de Chile en Israel, pero al final fue inútil. Nos quedamos unos días más en Amán para decantar y después nos fuimos a Egipto.
-¿Qué sensaciones te quedan después del viaje?
-A pesar del gusto amargo de no haber podido cumplir el sueño de conocer Palestina, fue un viaje muy rico en lo cultural y gastronómico. De hecho en Amán conocí a un matrimonio palestino que me invitó a su casa y cociné con ellos todo un día, después rompimos juntos el ayuno porque estábamos en el mes de Ramadán. No fue lo mismo, pero sirvió de acercamiento. De todas formas nosotros ahora estamos esperando a tener una reunión con la embajada de Israel para que nos den explicaciones y nos digan cuándo podremos ingresar. De todas maneras vamos a volver a intentarlo, quiero mostrar cómo viven los palestinos en su tierra, visibilizar su cultura y su comida. Después de lo que ocurrió yo me siento mucho más abanderada por la causa.
-¿Qué nuevos proyectos se vienen ahora?
-El viaje fue un tremendo impulso para desarrollar varios proyectos. Pronto lanzaré la página web de “Una Cocina Feliz”, también estoy desarrollando un ebook de cocina del Medio Oriente, y estoy hablando con artesanos locales para desarrollar una línea de productos utilitarios de cocina, siempre con el valor de lo hecho a mano.
-¿Cómo describirías tu cocina?
– Yo soy una no chef enseñando a cocinar a no chefs. Por lo mismo mi cocina es muy simple, sin términos técnicos, pero también tiene un lado estético marcado, los platos son muy bonitos y eso hace que sean llamativos.
-¿Qué productos e ingredientes son escenciales para cocinar?
-Para mí el huevo, las verduras y las especias, porque con ellas puedes hacer lo mismo de 30 maneras distintas. Y productos con un buen cuchillo y una procesadora estás al otro lado, no necesitas más.
RECETA RELLENITOS VEGETARIANOS
Preparación para 4 personas:
- 1 taza arroz blanco
- 1/2 taza lentejas (yo usé rojas)
- 3 cdtas curry en polvo
- 3 cdtas sal
- 1/2 cdta pimienta molida
- 1/2 cdta comino
- 2 cdas perejil picado
- 1/2 tomate picado en cubos chiquititos
- 1/2 cebolla en cubitos
- 1/4 taza aceite vegetal
- 8 papas pequeñas ahuecadas
- 8 zapallitos pequeños ahuecados
- 8 berenjenas pequeñas ahuecadas
- 4 ajíes ahuecados
- 4 pimientos pequeños ahuecados
- 1 tarro tomates en conserva o 2 paquetes salsa de tomates.
Instrucciones
1. Si no compraste las verduras ahuecadas, ahuécalas con ayuda de una cuchara o raspador. (se corta el tallo y se ahueca el interior dejando una capa bien delgadita, sin romperlos).
2. En un bowl, hacer el pino, mezclando bien todos los ingredientes.
3. Ir rellenando cada verdura hasta aprox 1 cm de su capacidad. Ir golpeando suavemente contra la mesa para que el pino se acomode bien.
4. Poner todos los rellenos en una olla, agregar sal y los tomates en conserva. Agregar agua hirviendo hasta que cubra todo y dejar cocinar por aprox 20 minutos (corrobora que estén listos pinchando la cáscara de los rellenos hasta que esté blanda).
Tip1.
Si quieres hacer la versión clásica, tienes que agregar carne picada especial (la con menos grasa) y eliminar las lentejas, tomate, perejil y cebolla.
Tip2.
Acompáñalas de yogurt natural con aceite de oliva y un toque de sal.
Stephanie Elías