- La guerra ha desplazado al 85% de la población en medio de una grave escasez de alimentos, agua potable y medicinas, mientras que por lo menos el 60% de la infraestructura ha sido dañada o destruida, según ONU. El organismo ha fracasado en un nuevo intento de entrega de ayuda y denuncia que “el hambre ha alcanzado niveles catastróficos” en Gaza. En tanto, la Unión Europea trabaja para crear un corredor marítimo para enviar ayuda humanitaria.
Hace una semana, una multitud de civiles que se agolpaba tratando de conseguir alimentos de un convoy de ayuda humanitaria y fue atacada por el ejército israelí. Murieron al menos 110 personas y más de 700 sufrieron heridas. El gobierno palestino condenó como “una masacre atroz” cometida por el ejército de Israel y el Ministerio de Exteriores del país declaró, a través en un comunicado que el incidente dejó “decenas de mártires y cientos de heridos”. Asimismo, denunciaron que lo ocurrido fueron “disparos deliberados” por parte de militares israelíes. “Esta parte integral de la guerra genocida por parte del gobierno de ocupación contra nuestro pueblo demuestra que Israel no escucha los llamamientos internacionales para que se proteja a los civiles y, de hecho, hace todo lo contrario”, indicaron.
“Esta masacre es una nueva prueba del genocidio y las políticas de la ocupación para desplazar a la población por la fuerza, así como una nueva prueba a la comunidad internacional y los países que apoyan a Israel de que no hay alternativa a un alto el fuego inmediato, ya que es la única forma de proteger a los civiles”, señaló el comunicado.
En esta línea, emplazaron a que las autoridades israelíes rindan cuentas ante los tribunales internacionales por estos “crímenes horribles, de lesa humanidad. También criticaron el silencio por parte de la comunidad internacional y que debe haber un alto al fuego y detener el “derramamiento de sangre palestina”.
Al hacer caso omiso del fallo provisional de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Israel continúa su ataque contra la Franja de Gaza y ha causado heridas a 71.920 más desde el 7 de octubre, según las autoridades de salud palestinas.
Nuevos datos de ataques ilegítimos en la Franja de Gaza -reunidos por Amnistía Internacional-, demuestran que las fuerzas israelíes siguen vulnerando el derecho internacional humanitario y aniquilando familias enteras con total impunidad.
Los ministros de Exteriores de los 57 países de mayoría musulmana que integran la Organización de Cooperación Islámica (OCI) se han reunido este martes 5 de marzo en la ciudad saudí de Yeda para debatir sobre la guerra en Gaza. Y han señalado que los países que mantienen “complicidad con el genocidio” en la Franja de Gaza, tendrán “consecuencias diplomáticas graves”.
“Estos gobiernos necesitan un fuerte mensaje, sin ambigüedades, por parte de todos los países miembros de la OCI, de que la complicidad en el genocidio y su doble moral tendrán consecuencias diplomáticas, políticas y económicas graves”, ha afirmado el ministro de Exteriores de la Autoridad Palestina, Riad Al Maliki.
La organización ha pedido también aumentar la financiación para la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), con el objetivo de que puedan repartir alimentos y ayuda humanitaria en una Gaza desesperada ante la hambruna. La desnutrición —que provoca una emaciación (adelgazamiento morboso) irreparable en los niños pequeños— nunca ha sido la amenaza mortal que es ahora en el enclave, según ha informado la OMS.
“Antes de las hostilidades, la emaciación en la franja de Gaza era poco frecuente: sólo el 0,8% de los niños menores de cinco años sufrían malnutrición aguda. La tasa actual del 15,6% de emaciación entre los menores de dos años en el norte de Gaza sugiere un grave y rápido declive. Tal declive en el estado nutricional de una población en tres meses no tiene precedentes a nivel mundial”, ha advertido el doctor Rik Peeperkorn, representante de la OMS en los territorios ocupados.
La relatora de Naciones Unidas para los derechos humanos de los desplazados internos, Paula Gaviria Betancur, ha valorado hace unos días que en pocas crisis en la historia reciente como en la de Gaza se ha podido ver un desprecio “tan absoluto” por los derechos de la población desplazada.
“Los desplazados internos en Gaza han sido expulsados arbitrariamente de sus hogares en múltiples ocasiones sin tener en cuenta sus derechos a la vida, la dignidad, la libertad y la seguridad”, ha asegurado la experta. Estos desplazados, ha indicado, han sido “trasladados y confinados por la fuerza en condiciones invivibles”, amparándose en órdenes de evacuación israelíes que alegaban “más seguridad para la población en Gaza”.
Gaviria ha considerado que Israel ha perdido «toda credibilidad» y ha solicitado a la comunidad internacional que «abandone la ficción» de que Israel respetará el derecho internacional humanitario y los derechos humanos en sus operaciones militares.
En tanto, los países mediadores han dicho que esperan una tregua antes del inicio del Ramadán, que comienza la noche del 10 al 11 de marzo, pero hasta ahora no han informado de ningún progreso concreto.
El daño irreparable
Según Unicef y OMS, la escalada de hostilidades en la Franja de Gaza tiene un impacto catastrófico en la infancia y sus familias. Los niños están muriendo a un ritmo alarmante: miles han muerto y miles más han resultado heridos. Además, se calcula que en la Franja de Gaza hay cerca de 1,7 millones de personas desplazadas, de las cuales más de la mitad son niños y niñas.
La población carece de agua, alimentos, combustible y medicinas. El conflicto ha dañado sus hogares y ha destrozado familias enteras. La capacidad de producción de agua se ha desplomado a solo una fracción de la producción habitual, y muchas instalaciones de agua, saneamiento e higiene han sufrido daños o han quedado destruidas. La población no dispone de acceso seguro a agua potable, retretes y lavabos, y los niños y niñas desplazados y sus familias no pueden mantener los niveles de higiene necesarios para prevenir las enfermedades y la diarrea crónica, una de las principales causas de mortalidad infantil en todas las situaciones de emergencia.
Desde el inicio de la guerra, miles de mujeres embarazadas en la Franja de Gaza se han visto obligadas a dar a luz usando la linterna de un teléfono y, tan solo unas horas después, regresar a una tienda de campaña sin nada que comer. El 95% de las mujeres encintas o lactantes enfrentan una situación de inseguridad alimentaria severa, según Unicef. El aumento de las emergencias obstétricas se produce a medida que las instalaciones de salud de Gaza sufren una presión insoportable y las enfermedades infecciosas abundan en los refugios repletos e inseguros, así como en los hospitales, que también están siendo atacados. En tanto, el hambre, la deshidratación y la muerte acechan en cada momento y según Unicef muchos lactantes no sobrevivirán.
Abundan las infecciones causadas por baños y duchas insalubres, lo que representa un peligro especialmente para las embarazadas y los niños pequeños. Los baños son compartidos y las infecciones se transmiten fácilmente; la ropa interior no se puede cambiar con frecuencia, y todo esto contribuye a las infecciones. Más de las tres cuartas partes de la población de Gaza se ha visto obligada a abandonar sus hogares desde el estallido del conflicto y la mayoría vive hoy en condiciones miserables, sin refugio. En medio de esta catástrofe, cerca de 5.500 mujeres deberán dar a luz en el próximo mes con apenas acceso a asistencia médica, y sobre más de 155.000 mujeres embarazadas y lactantes están al borde de la desnutrición.
Por Paulina Latrach
Editora de Al Damir