Cineasta palestina Mai Masri:
INVITADA A SER MIEMBRO DE LA ACADEMIA DE HOLLYWOOD
- «El cine se ha convertido en un medio para recrear Palestina y dar sentido a nuestras vidas desarraigadas», afirmó la destacada directora de cine.
Hace algunas semanas, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, también conocida como el hogar de los Premios Oscar, invitó a 819 personas a ser parte de esta institución. Actores, directores, guionistas, productores, músicos y diseñadores de vestuario, entre otros, fueron los convocados a formar parte de la Academia de Hollywood que ya supera los once mil miembros. Dentro de los invitados, está la directora palestina Mai Masri quien ha sido una de los primeras cineastas en documentar la vida en Palestina bajo la colonización israelí y la guerra civil en el Líbano.
“El cine es parte fundamental de nuestra memoria”, comenta Mai Masri, quien ha ganado festivales de cine en todo el mundo. Sus películas giran en torno a la vida de las personas comunes que viven en tiempos de conflicto y cómo logran mantener su humanidad a lo largo de la realidad de sus situaciones devastadoras. Por ejemplo, su aclamada trilogía “Hijos de Fuego”, “Hijos de Shatila” y “Fronteras de Sueños y Miedos” se centra en la vida de jóvenes refugiados palestinos. La primera documenta la vida en Nablus durante la primera intifada y la segunda lleva al espectador al campo de refugiados de Shatila en el Líbano. La tercera cinta relata la amistad entre dos jóvenes refugiados, uno en el Líbano y otro en Palestina.
Mai Masri nació en Amman, Jordania, en 1959. Su padre, Munib Masri, es originario Nablus y su madre es estadounidense. Pasó su primera infancia en Amman y Nablus y se mudó a Beirut cerca de los diez años. Su padre era amigo cercano de los líderes de la Organización para la Liberación de Palestina, incluidos Yasser Arafat y Khalil al- Wazir, quien a menudo los visitaba en su casa. La política jugó un papel importante en su familia, ya que su padre actuó como ministro en Jordania en la década de 1970. En una visita a Berkeley, California, en 1976, asistió a una conferencia sobre teoría del cine y quedó fascinada con este arte. En 1981, se graduó de la Universidad Estatal de San Francisco con una licenciatura en producción y técnica cinematográfica.
Mai Masri conoció a su esposo, el cineasta libanés Jean Chamoun, en 1977 mientras visitaba Beirut en sus vacaciones de verano de la universidad. La pareja se conectó a través de su amor compartido por el cine y su capacidad para influir en la vida de las personas. En 1986, Masri y Chamoun se casaron y fundaron Nour Productions. Madre de dos hijas, la destacada cineasta enviudó en 2017.
Mai Masri conversó con Aldamir sobre los nuevos desafíos que se abren con esta invitación de la Academia.
– ¿Cómo te sientes respecto a tu nombramiento y qué esperas sobre este nuevo rol?
– Ser seleccionada como un nuevo miembro de la Academia de los Oscar es muy significativo para mí porque representa el reconocimiento de mi trabajo por parte de la Academia y es una oportunidad de tener un alcance más amplio con un impacto a escala internacional. Como uno de los 17 cineastas árabes que se unió a la Academia este año, y la única cineasta árabe seleccionada en la categoría de directores de largometrajes, me enorgullece representar al mundo árabe y a Palestina en particular. Me uniré a mis colegas en la votación de los premios Oscar y en la nominación de nuevos miembros de la Academia. Me conmovieron las decenas de mensajes que recibí de todo el mundo, y en particular, de Palestina y los campos de refugiados que expresaban su orgullo y alegría por tener un palestino representado en la Academia de los Oscar.
– ¿Cuál crees que será tu contribución como miembro de la Academia?
– Ser parte de la Academia es una oportunidad para formar parte de una comunidad de cineastas de alto calibre que pueden tener voz e impacto en la escena internacional. Es una plataforma importante para ver las mejores películas de todo el mundo y compartir nuestras historias de humanidad, resiliencia y esperanza. Con más mujeres, grupos minoritarios y cineastas palestinos uniéndose a la Academia, podremos abordar los problemas de estereotipos y tergiversaciones en la industria y trabajar para poner a Palestina en el mapa cultural. Estos son tiempos difíciles y desafiantes, pero también tiempos de cambio y justicia. A través de nuestras películas y voces podremos crear puentes y conexiones enfatizando la interseccionalidad de nuestra humanidad común. Juntos trabajaremos para lograr un cambio en las percepciones y la representación en los medios.
-¿Cómo directora de cine y cineasta palestina, cuáles son tus planes futuros y cómo crees que ser miembro de la Academia influirá en tus próximos pasos?
-Actualmente estoy trabajando en dos nuevas películas. Estoy particularmente interesada en contar historias que no se han contado y en arrojar luz sobre períodos claves de nuestra historia que no se han abordado cinematográficamente. Espero que ser parte de la Academia abra las puertas y brinde la oportunidad de establecer contactos con cineastas, productores y distribuidores de todo el mundo.
SUS OBRAS:
- Debajo de los escombros (1983)
- Flores silvestres: mujeres del sur del Líbano (1986)
- Generación de guerra (1989)
- Hijos de fuego (1990)
- Sueños suspendidos (1992)
- Hanan Ashrawi: una mujer de su tiempo (1995)
- Hijos de Chatila (1998)
- Fronteras de sueños y miedos (2001)
- Diarios de Beirut (2006)
- 33 días (2007)
- 3000 noches (2015)
Felicitaciones, un orgullo para la comunidad palestina, tener una representante en los Oscar. Siempre he pensado que mediante buenas películas y actores de renombre, es la mejor posibilidad de mostrar al mundo lo que se vive en Palestina.
Bendiciones. Con el deseo de que amplíe la representación del Oscar. Felicidades.
Vi sus películas en Casa Árabe y me conmovieron. También la vi a ella en persona: FANTÁSTICA.
Ojalá que no deje de hacer cine. Personas como ella le dan sentido a nuestras vidas cuando nos desesperanzamos por lo que ocurre en Palestina y por tantas injusticias que se perpetúan.