- A partir de las represalias tomadas por Israel en Palestina y los límites impuestos a la libertad de prensa, la cobertura en la franja de Gaza ha sido entregada a nuevas voces. Jóvenes instagramers que le hablan a una nueva generación, activistas del medioambiente y liberales antisionistas.
La periodista y cineasta Bisan Owda (@wizard_bisan1) tuvo que evacuar su hogar en Beit Hanoun para refugiarse en el hospital Al Shifah y, desde entonces, ha reporteado sobre las condiciones de los desplazados en Gaza. Esta joven palestina tiene hoy 4,7 millones de seguidores en Instagram y se ha transformado en influencer al mostrar el día a día de quienes viven bajo el ataque israelí. Así como ella, Abboud Battah, a sus 18 años ya tiene 3,4 millones de seguidores en la misma red social, autoproclamándose el heredero de Shireen Abu Akleh, reportea en árabe y en Twitter, el joven médico palestino Belal Dabour (@belalmd12) escribió sobre su experiencia en el tratamiento de los heridos desde el comienzo de la escalada de violencia.
Desde una vereda más institucional, Al Jazeera, uno de los medios con mejor cobertura sobre la represalia israelí en Gaza ha reclutado a chicos como ellos para poder seguir contando la historia de Gaza al mundo. Dima Khatib, directora general de este medio de comunicación visitó Chile en el contexto del Día Internacional de la Libertad de Prensa y conversó con Al Damir.
Respecto al reclutamiento de reporteros dentro de Palestina ante la prohibición de Israel para entrar a Gaza, Dima asegura con vehemencia: “Es muy claro que no quieren que la historia salga. Y sí, está saliendo, gracias a todos esos nuevos periodistas jóvenes que han tomado esa responsabilidad. El vacío de información lo llenan jóvenes que cuentan la historia con mucha sencillez y eso ha hecho que la gente tenga empatía, lo que nunca antes habíamos visto hacia los palestinos”.
La voz de Dima es magnética y fluye en diez idiomas. Ganadora del premio 2024 Woman in News Editorial Leadership Award de WAN-IFRA. Es poeta, traductora y pianista, inspira con su pasión, claridad y presencia, llevando siempre en sus labios la historia de Palestina, sus padres, abuelos y tíos que fueron desplazados y que encontraron refugio en Siria, país donde nació. Por eso, esta es para ella, la cobertura más difícil de su vida. “Es también la más importante, contundente, impactante y la que más sentido tiene para mí como periodista, porque estoy viendo que nuestras noticias le hablan a los jóvenes y están haciendo una diferencia necesaria”, comenta.
Nuevas narrativas en torno a Palestina
La primera mujer ejecutiva de Al Jazeera que ha logrado aumentar en millones los seguidores de los canales de AJ+ y fue señalada como “la mujer más conectada en Twitter en Oriente Medio”, asegura que hay un antes y después muy marcado en cuanto al discurso palestino en redes sociales a partir del 7 de octubre de 2023.
“La narrativa ha cambiado en cuanto a las audiencias que están en redes como TikTok, incluso en Instagram y Twitter. Cambió entre la gente, pero no ha cambiado lo suficiente en los medios de comunicación, aunque sí hemos visto más espacios dados a los palestinos en ciertos medios. Todavía no es éticamente suficiente, todavía no compensa, pero sí hemos visto un cambio… Estamos frente a un exterminio y lo vemos documentado en nuestros teléfonos”, afirma Khatib.
De acuerdo a su investigación -en todas las redes sociales- excepto YouTube, los contenidos pro palestinos han proliferado en mayor número que en el caso de los pro israelís. “El volumen es enorme, pero también ha habido un despertar mundial entre la juventud y eso explica por qué la gran diferencia en TikTok en comparación con YouTube, porque es la generación entre 25 y 44 años, que ya se ha formado una cierta opinión”, explica.
Anatomía de un genocidio
Chile alberga a la comunidad de descendientes de palestinos más numerosa de América Latina, por lo que la reacción desde la ciudadanía se ha hecho sentir no solo en redes sociales. Transitar por calle Macul en Santiago y ver las sillas apiladas sobre la reja y banderas palestinas desplegadas, como símbolo de una de las tomas universitarias en solidaridad con el pueblo palestino, es un panorama preciso de lo que ha ocurrido en algunas instituciones chilenas, las que incluso han quebrado relaciones con sus pares israelíes, al mismo tiempo que el presidente Gabriel Boric apoyó la denuncia de Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Los intelectuales chilenos se han puesto del lado de Gaza, con actividades como conversatorios y la publicación de ensayos como los que compila “Palestina, Anatomía de un Genocidio” (LOM), publicado en mayo por LOM, y que reúne textos de israelitas y palestinos y, fue editado por Faride Zerán, premio nacional de periodismo en 2007, Paulo Slachevsky y Rodrigo Karmy.
Faride Zerán, periodista, escritora, docente y ex-directora del Consejo de Televisión Nacional de Chile, no solo es una líder de opinión en el campo de periodismo, sino que también es hija de palestino radicado en Puerto Natales. A su modo de ver, “hoy coexisten dos narrativas que están en disputa. Aquella que instala lo palestino como sinónimo de terrorista -que es la que ha hegemonizado durante décadas en los grandes medios- y el ejemplo más reciente fue el debate electoral estadounidense cuando el candidato a la presidencia Donald Trump para descalificar al presidente de Estados Unidos, Joe Biden le dice: ‘se está convirtiendo en un palestino’. En medio del genocidio asume no solo la defensa de los derechos humanos de los palestinos y la condena a la limpieza étnica y apartheid contra la población desde hace 76 años, sino además su derecho a existir y a tener un estado independiente. Hoy, esto ha concitado el apoyo de los jóvenes de todo el mundo, transformándose en una causa humanista y libertaria como la que asumió la generación de los sesenta con Vietnam”, reflexiona Zerán.
El libro, en el que también participa como escritora, toma su título de un informe de la Relatora Especial de Naciones Unidas, Francesca Albanese: “Después de casi seis meses de implacable ataque israelí a los territorios ocupados de Gaza, es mi deber solemne informar sobre lo peor de lo que la humanidad es capaz de hacer y presentar mi conclusión: ‘la anatomía de un genocidio’”.
¿Por qué hablar de genocidio y no masacre? Faride Zerán explica en su ensayo la importancia de las palabras que se utilizan para comunicar los bombardeos, el bloqueo y la hambruna a la que está expuesta Gaza.
Al respecto, señala a Al Damir: “Ahí reitero la palabra genocidio, en vez de masacre; hablo de fuerzas de ocupación israelí, no guerra de Israel y Hamas; escribo exterminio, limpieza étnica, apartheid, colonialismo, términos que no escuchamos ni leemos en gran parte de los medios, porque la cadena de complicidades involucra no solo el silencio, sino también el lenguaje”. También señala que no solo los medios masivos han omitido palabras, sino que “han eludido sistemáticamente el contexto histórico del conflicto y el impacto que ha tenido en la vida política, cultural y social de las y los palestinos en el último siglo”, puntualiza.
Al contrario de la mayoría de los medios occidentales, estas palabras han sido utilizadas como un estándar en la última década por AJ+ y Al Jazeera. “Usamos genocidio o guerra de genocidio, en árabe. Hay que decir Palestina, limpieza étnica, ocupación, apartheid. El lenguaje es importante. Decimos ‘pueblo palestino’, no ‘los palestinos’ porque si dices el pueblo israelí, pero no el pueblo palestino, es como si no tuvieran la misma legitimidad”, comenta Dima y recuerda que los estudiantes estadounidenses no temían ser acusados de antisemitas o terroristas por decir Nakba e intifada.
En la misma línea, a Faride Zerán no le sorprende que en algunas coberturas los grandes medios usen voces pasivas para los titulares en relación con los palestinos, sin atribuir responsabilidades. Por su parte Dima hace la misma apreciación: “Siempre que se habla de los israelís se utilizan verbos como matar, asesinar y por quién; en cambio, cuando se habla del palestino, el palestino siempre ‘muere’ y no se sabe cómo ni por qué. Entonces dicen ‘explosión en un campamento’ o ‘explosión en un barrio de Gaza causa muerte’, pero no fue una explosión de gas en una cocina, ¡por Dios!”.
“Palestina: Anatomía de un genocidio” también cita un estudio llevado a cabo por el profesor Youmans, en Washington, que demostró que entre octubre del 2023 y enero de este año hubo diez veces más invitados israelíes que palestinos a los programas de conversación de los domingos y que 4 de cada 5 de ellos eran pro israelíes. En el mismo contexto, la palabra “rehenes” se mencionó 35 veces más que la palabra “ocupación”. Mientras que palabras como “genocidio” o “masacre” casi no fueron mencionadas.
Tomas universitarias y adoctrinamiento
Para Zerán, la deshumanización es la antesala del genocidio, por eso, un vocero de Netanyahu dijo al comienzo de los ataques que los palestinos “no son humanos, son animales”. Es un conflicto de gran complejidad, que lleva arrastrándose desde 1948 y que en las escuelas israelíes se enseña de tal forma que deshumaniza y convierte a los palestinos en un otro.
“Todos estos años los palestinos han sido deshumanizados, sobre todo por los medios de occidente que le dan mucho más valor a la vida israelí que a la palestina”, dice Dima y señala que los videos de burla y humillación publicados por soldados y jóvenes israelíes son una repetición de otros genocidios en el pasado.
Entre las carpas instaladas dentro de una prestigiosa universidad del sur de Estados Unidos, Khatib cuenta que se aproximó a un joven encapuchado, quien no accedió a salir en cámara, pero le contó su historia sobre cómo el haber escuchado la experiencia personal de una palestina en la Nakba le llevó a cuestionar lo que aprendió en la escuela y, finalmente, lo hizo ponerse del lado palestino, a pesar del temor por las represalias de sus padres sionistas si lo descubrían.
“He visto las manifestaciones en las universidades, en las calles, lideradas por una nueva generación que tiene una conciencia diferente, que sí lleva la narrativa, no solamente pidiendo que se ponga fin al genocidio, si no diciendo que este pueblo palestino merece tener su Estado, su tierra que le fue robada en 1948. Y eso es un cambio de narrativa radical, porque durante décadas se habló de paz, de una solución mundialmente aceptada como buena para los dos pueblos”, explica Dima a Al Damir.
Mientras en Gaza siguen siendo bombardeadas hasta las zonas de seguridad, los hospitales y millones están viviendo la hambruna, Dima Khatib dice estar constantemente pasando desde la impotencia a la esperanza. Le sorprende la resiliencia del pueblo palestino y no escatima en tiempo para seguir dedicando a esta noticia en desarrollo.
“Ha sido cobertura la más difícil, porque soy palestina y porque es un genocidio insoportable en lo humano y sicológicamente, pero también, le da sentido a toda mi fe en el periodismo, le da sentido a esta misión de vida y a esta profesión tan sagrada para mí, que tenemos que defender para que los propagandistas no se hagan pasar por periodistas”.
Finalmente, cuando le preguntamos pregunto si lo que está pasando en Gaza es comparable con lo que vivieron los judíos en Europa para la Segunda Guerra Mundial. Dima lo piensa un par de segundos… “No soy historiadora para responder eso. Lo que sí sé es que el mundo dijo que eso no iba a volver a pasar jamás y está pasando otra vez. Hay un exterminio, y no lo digo yo, lo dice Naciones Unidas en su último informe. Es el exterminio de un pueblo entero. La humanidad está fallando otra vez y no tenemos la excusa de decir que no sabíamos, porque está todos los días en nuestros teléfonos”, puntualiza la directora de Al Jazeera.
Por Cristina Correa.