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Elizabeth Teresa Abudinén Adauy:
A TRAVÉS DE SU LIBRO THERMOHABIBI TE INVITA A PREPARAR RECETAS ÁRABES

Solo hizo 500 ejemplares en su primera edición y ya vendió más de la mitad. Esta educadora de párvulos y psicopedagoga de profesión nos cuenta que se siente feliz con el éxito de ventas que ha tenido, que fue todo un desafío adaptar 100 recetas y que piensa seguir haciéndolo. Acá nos comparte el secreto de su cocina.

Elizabeth Abudinén Adauy (54) y madre de tres hijos, cuenta en la portada de su libro “Cocinando con Thermohabibi” que desde que era niña soñaba con escribir un libro, porque siempre le gustó escribir poesías. “Recuerdo cómo en clases el profesor de historia me llamaba la atención ‘por estar en la Luna’. Lo que él no sabía era que yo estaba hilando las palabras e ideas al viento para crear mis poesías, las que escribía en mis libros que aún permanecen guardados en el baúl de los recuerdos. Al entrar al mundo de las cocinas robots, descubrí que mi sueño se podía concretar en un hermoso libro lleno de recetas y tradiciones árabes que podía compartir, para hacer más simple y fácil las preparaciones y disfrutar en familia nuestra tradición y la de muchos”.

Y cuando le preguntamos si recuerda el momento en que decidió concretar la idea de cumplir su sueño, nos cuenta: “La idea nace después de comprarme la Thermomix al descubrir que con un robot de cocina podía ahorrar tiempo en las preparaciones que tanto le gustaban a mi familia y pensé: ¿por qué no hacer un libro? Por otro lado, siempre me ha gustado tener mi propia entrada económica, aunque no sea mucho… Desde pequeña le ayudaba a mi papá en el local y él me pagaba un “sueldo”; en la universidad vendía greibes hechos por mí, decoraba zapatillas de lona y las vendía; hacía clases, vendía productos de cosmética, siempre fui muy inquieta. Desde chica me gustó siempre ayudar a mis abuelas y a mi mamá en la cocina; en especial los sábados, cuando comenzaban con las preparaciones de los rellenos para el domingo, donde toda la familia se reunía alrededor de la mesa y en 5 minutos se acababa todo, así que encontré que ya era hora de emprender en ése camino”.

Asegura que siempre tuvo vocación por la docencia y por eso estudió educación parvularia en la PUC, hizo ayudantías y trabajó un año en el colegio St. John´s de Concepción donde vivió desde que cursaba segundo básico, que fue cuando su familia llegó a Chile desde Colombia. Una vez terminada su carrera se vino a Santiago a estudiar un post grado en educación especial y diferencial. También trabajó como educadora de párvulos en el colegio Craighouse y en ése tiempo conoció a su marido Carlos Tala en el Estadio Palestino. Claro que cuando terminó sus estudios volvió a Concepción con sus padres, pero se casó y volvió a vivir en Santiago. Trabajaba como psicopedagoga en una consulta particular y hacía reemplazos en el Santiago College, pero por dedicarle tiempo completo a criar a sus hijos, no aceptó un contrato de planta y siguió solo con su consulta privada. En noviembre del 2018, una amiga le quiso vender el famoso robot de cocina Thermomix y como ya la tenía, le invitó a formar parte de su equipo de trabajo, el cual mantiene hasta hoy.

Cuando le preguntamos acerca de sus ancentros, de su legado familiar, Elizabeth nos cuenta que su familia viajó desde Belén a Barranquilla, donde aún tiene familiares. Su familia materna primero llegó a Perú y luego emigraron a Chile, a la región de La Araucanía, cerca de Temuco y, su padre tuvo que pedir permiso para casarse con su madre, porque se la llevaba a vivir a Colombia. Elizabeth y su hermano Juan nacieron en la tierra de los cafetales, crecieron junto a sus abuelos paternos y, desde pequeños el aroma de las galletas de ajonjolí eran sus preferidas al igual que las hojitas de parra y los tallarines caseros. Cuando cumplió 7 años, sus padres decidieron viajar a Chile, debido a la contingencia política y social de Colombia. Para Elizabeth viajar a nuestro país le fue bien difícil debido a que era muy apegada a sus abuelos, pero nos comparte que se siente privilegiada hasta el día de hoy, por haber tenido una niñez junto a ellos, rodeada del hamule y que es algo que siempre le llena el alma.

¿Por qué quisiste hacer un libro a través de un robot de cocina? fue muy complejo?
Me demoré un año en tomar la decisión de comprar el robot de cocina y fue gracias a la insistencia de mi prima Bárbara y mi amiga Luisa que finalmente lo compré. La verdad es que me cambió la vida, porque yo pensaba: para qué necesito un robot de cocina, si yo soy paisana y sé cocinar. Ahora pienso todo lo contrario: ¡por qué me demoré tanto en decidirme! (risas). Pero lo cierto es que nació en mi la inquietud de dejar a mis hijos las recetas árabes adaptadas a esta maravilla, ya que creo que en un futuro ellos no usarán ollas, porque es tan fácil y rápido cocinar con ella que para qué perder tiempo con la manera tradicional. Toda esta aventura comenzó a principios del 2019 y me dije: ‘voy a hacer un libro con mis recetas heredadas de mi familia y otras adoptadas a mi cocina diaria’. Así fue como partí.

¿Cuánto duró ése proceso?
Fueron como dos años, porque no soy chef y soy muy autoexigente y perfeccionista. Lo que me sirvió mucho fue que desde muy pequeña me hacían participar de la cocina, tradición que era muy entretenida, porque gran parte de la familia participaba, por supuesto los hombres quedaban fuera. Ese tiempo de sentarse a la mesa a degustar lo que con tanto amor nosotras habíamos cocinado. Por otro lado, llegó la pandemia así que tuve que suspender parte de la ejecución de mi libro con la persona que había contratado y quedó ahí, a la espera. Pero en plena cuarentena, mi familia me incentivó a hacer clases on line de cocina árabe con Thermomix, ya que antes de pandemia lo había hecho presencialmente con mi prima Pepa y nos había ido muy bien, era entretenido. Así es que comencé con esta nueva aventura y me encantó. Mis alumnas me motivaban a seguir adaptando recetas y probando, muchas de ellas descendientes de palestinos, otras de sirios o libaneses y otras simplemente, porque les gustaba la comida árabe. También incursioné en la venta de dulces árabes donde me fue muy bien. Estaba sola con todo, pero la verdad es que soy inquieta y no puedo estar sin hacer nada. ¿Defecto o virtud?… No lo sé.

¿Qué preparaciones árabes se pueden hacer?
La verdad es que he adaptado más de 100 recetas a mi cocina robot y pienso seguir incursionando en eso. Si tú me preguntas qué no puedo hacer con ella te diría que cocinar 300 hojitas de una sola vez, pero, por ejemplo pero sí puedes preparar 30 hojitas para un aperitivo o simplificarte la vida evitando amasar a mano las mezclas para el kubbe o para los dulces.

¿Siempre quisiste derivar en un tema culinario?
Nooo, estuve en un taller literario con Alejandra Kúsulas, porque quería escribir una novela. Cuando era pequeña mis cuadernos del colegio estaban llenos de frases que se convertían en poesías, ése era mi sueño en un comienzo, aunque no debo desconocer que siempre me llamó la atención instalarme con un restaurante, pero era eso o cuidar de mis hijos, así que opté por lo segundo. Para mí, siempre la familia ha sido lo más importante y gracias a Dios mi marido siempre me ha apoyado.

¿Cuál es tu receta favorita?
Los dulces árabes son mi perdición. Y la verdad es que las hojas de parra, a pesar de que salen poquitas (estoy trabajando para probar con una mayor cantidad) quedan deliciosas. Bueno, si no comen carne, recomiendo el kubbe de nueces, aquí en casa mi hijo es fanático y él solo se lo prepara. Para mí es importante dejar una parte de mi herencia palestina a mi familia y como mi fuerte es la comida, pensé que sería un buen legado dejarles un libro de recetas. En mi libro “Cocinando con thermohabibi. Recetas con raíces palestinas”, encontrarás diversas preparaciones como: aperitivos, ensaladas, platos principales, postres, todo para lucirte en tu día a día o en una ocasión especial, porque podrás cocinar todas estas recetas con tu cocina robot de manera fácil y rápida con toda la sazón a la que estás acostumbrado. Todos los sabores los heredé de mis abuelas paterna y materna, ambas cocinaban delicioso, se lo transmitieron a mi madre de la cual también heredé sus toques que le dan un sabor único e inigualables a sus platos. Además, mi madre siempre me está dando ideas de qué echarles a las comidas para que queden más ricas.

– ¿Qué le dirías a las personas que quieren conocer cómo cocinar en un robot y no se atreven?
La verdad es que las invitaría a que me den la oportunidad de mostrarles todo lo que se puede preparar con la Thermomix. Que se atrevan a cambiar su modo de cocinar, porque la esencia de la cocina no se pierde, sigues sintiendo los aromas de las especias y hay procesos que no se pueden evitar como envolver las hojitas, pero sí te permite hacer más recetas en un tiempo más acotado.  Además, hoy en día se hace necesario comer sano, sin aditivos, ni preservantes y para eso Thermomix te entrega más de 70.000 recetas donde puedes preparar tus propias leches sin lactosa, ricota, yogurt, pan con masa madre, tus propias harinas sin gluten, mermeladas, platos keto y mucho más. Todo lo pueden encontrar en @thermohabibi

– ¿Cuál dirías qué es tu secreto?
Ser perseverante y creer en uno mismo. No dejarse llevar por las emociones negativas y pensar siempre que detrás de una idea, hay un proyecto que se puede hacer realidad si te esfuerzas, te organizas, te planificas y te colocas metas a corto plazo. Debes siempre soñar, volar alto y no compararte con nadie; eres único y si crees en ti mismo y trabajas por tus ideales ¡todo se puede lograr!

Por Paulina Latrach T.

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