En marzo de este 2022 se cumplieron dos años desde el inicio de la pandemia del Covid-19. Durante este tiempo, la sociedad sufrió una serie de cambios dramáticos, las personas vivieron largos períodos de aislamientos preventivos, y aún el mundo continúa lamentando la pérdida de miles de vidas. Los funcionarios de la salud se transformaron en los héroes de una tragedia que nunca se imaginó. Además, desde el inicio de la pandemia, médicos especialistas en infecciones y su diagnóstico, tuvieron la responsabilidad de actuar ante lo desconocido. Debieron revisar la escasa evidencia existente, elaborar nuevos protocolos de actuación, organizar rutas clínicas, capacitar al recurso humano, participar en la atención de los pacientes y actualizar la investigación para tener nuevas opciones de prevención, diagnóstico y tratamiento.
Para abordar las principales lecciones del Covid 19, hablamos con la doctora María Fernanda Yarad Auad, Médico Microbióloga Clínica, Asesor Médico del Laboratorio Clínico y Presidenta del Comité IAAS (Infecciones Asociadas a la Atención de Salud) de la Fundación Arturo López Pérez. Hija de Alejandro José Yarad Dacarett y María Eugenia Auad Larach, Fernanda es la mayor de tres hermanas (Valeria y Florencia) y dice orgullosa que es la primera médico de su familia. Estudió medicina en la Universidad del Desarrollo y obtuvo la especialidad en Microbiología y Parasitología Clínica en Hospital Universitario La Fe, en Valencia, España. Además, realizó una serie de cursos de sub especialización en Medicina Tropical, Salud Internacional y Tuberculosis en Barcelona y de Medicina del Viajero, en Londres. Ha publicado una serie de artículos científicos nacionales e internacionales en diversas áreas de la microbiología e infectología. “Siempre quise ser médico y mi familia me ha apoyado desde el principio. He sentido el orgullo de mis padres y abuelos. Han sido mis fans número uno – afirma Fernanda Yarad. Además mi papá siempre nos empoderó como mujeres y nos inculcó la importancia de estudiar en la universidad, tener nuestra propia fuerza y ser independientes”.
Durante la pandemia fue consultada en diversas oportunidades por los medios de comunicación como referente en el tema de los efectos del Covid19 y la vacunación en enfermos de Cáncer. “Trabajar con pacientes oncológicos es un tremendo desafío –comenta- y sumarle el Covid-19 es doble”.
- ¿Cómo evaluarías estos dos años de pandemia?
Ha sido un período con sabor dulce y amargo porque en lo profesional crecí mucho y esta etapa le dio un importante enfoque a mi carrera, sentí que mi especialidad podía aportar mucho en la crítica situación que estábamos viviendo. Pero esta pandemia fue devastadora en lo humano, tuvo efectos colaterales para todos. Cuando todo partió, nadie sabía nada… quién iba a pensar que una especialidad tan poco conocida, iba a ser tan clave y tan necesaria. De a poco nos dimos cuenta que teníamos que ponerle el hombro a la pandemia, y rápidamente implementamos métodos diagnósticos (la PCR) en tiempo record. Eso fue un acierto tremendo, teníamos resultados de PCR Covid-19 en 4 a 5 horas. La FALP siempre se ha caracterizado por ser un centro prestigioso para el paciente oncológico pero además, destaca por su capacidad diagnóstica de excelencia, siempre de última generación y en pandemia, no fue diferente. Para mi es un orgullo trabajar en la FALP, siempre agradecida de mi colegas y equipos tanto de laboratorio como de infecciones.
- ¿Cuáles fueron los momentos más críticos?
Los momentos más complejos fueron cuando teníamos la clínica dividida para los enfermos Covid-19, sin dejar de atender a nuestros pacientes oncológicos. El paciente oncológico se caracteriza por una disminución de la inmunidad debido a la propia enfermedad y por el estado derivado de los tratamientos. Al comienzo hubo poca claridad del comportamiento del virus, pero sabíamos que el paciente oncológico tiene más riesgo de complicaciones. Se especulaba de todo sobre este virus y había poca evidencia científica de los mecanismos de contagio viral, tratamientos y la efectividad de los aislamientos… todo era nuevo! Aun así, con el conocimiento de pandemias previas y el comportamiento de infecciones virales, generamos protocolos específicos, nos ocupamos de los funcionarios contagiados, siempre con el fin de establecer una ruta segura y eficiente. Sumado a eso, al igual que en todo Chile, se empezaron a ocupar las camas UCI, sentíamos que estábamos en una guerra perdida sin una luz de salida. Sin vacunas, el desarrollo de la enfermedad era crítico para muchas personas.
- ¿Cuáles son los principales aprendizajes que ha dejado esta pandemia a nivel médico y humano?
A nivel médico, parece mentira haber vivido una pandemia en mi especialidad. Siempre me preguntan que es la Microbiología Clínica, o que hago en mi trabajo… ahora puedo explicarlo, porque todos sabemos un poco más de las enfermedades infecciosas y su diagnóstico. Además visibilizó la labor que realizamos. La microbiología es una especialidad enfocada en hacer un diagnostico microbiológico certero en un contexto clínico especifico, lo que repercute no sólo en la evolución de la enfermedad sino que también en el uso adecuado de los antimicrobianos. Lo mismo con el equipo de infecciones. Somos el referente de manejo de pacientes y funcionarios en el control de infecciones de la institución, y nuestro objetivo es proteger a los pacientes, dar directrices y controlar brotes. Una labor que hace dos años pasó a tener un rol protagónico con la pandemia.
En lo personal me di cuenta de que uno tiene una gran fuerza interior. Eran jornadas extensas, con el miedo de enfermarse y enfermar a tu familia. Los días eran largos y no había fines de semana, ni mucho tiempo libre, pero siempre me conformé con saber que estaba haciendo lo correcto. Era raro ser la única en la calle, seguir saliendo cada mañana a trabajar mientras, literalmente, todo el mundo estaba encerrado en su casa. Mi marido fue mi sustento emocional y un apoyo fundamental porque se encargó en un 100% de la casa y los niños que tienen 5 y 7 años, pero en la peor etapa de la pandemia tenían clases virtuales, de hecho mi hijo mayor estaba aprendiendo a leer y escribir…… todo mientras yo trabajaba. Fue duro no poder ver al resto de mi familia, mis papas, suegros y hermanas. Somos de juntarnos mucho e incluso los abuelos nos apoyan a diario con turnos al colegio de los niños, son súper presentes para mis hijos…. y eso fue un cambio duro para todos también. Siempre me sorprendió la fuerza y adaptación que tuvieron los niños. Estaban en un proceso nuevo y sin entender mucho lo que pasaba, sin ver mucho a la mamá, y encerrados…. ellos fueron un ejemplo para mí.
- ¿ Crees que esta pandemia ha generado una mayor información y concientización de las enfermedades infecciosas?
A nivel mundial vimos la vulnerabilidad de la humanidad y la importancia de las enfermedades infecciosas. Actualmente, la resistencia a los antibióticos es un tremendo tema en el mundo de la infecciones. Un diagnostico microbiólogico oportuno, da un tratamiento específico en tiempo y tipo de antibiótico, esto previene las resistencias. Se estima que para 2030, la principal causa de muerte será por infecciones de bacterias resistentes. Las bacterias nos están ganando la carrera, se están haciendo resistentes en forma más rápida que nuestra capacidad de generar nuevos antibióticos.
- ¿Cuáles son los principales desafíos para este 2022?
Ahora conocemos las acciones que tenemos que tomar cuando se empieza a complicar el panorama de la pandemia y estamos preparados con un sistema de camas, la dotación necesaria de personal y tenemos los protocolos activos. Además, las normas de prevención e higiene, como el lavado de manos y uso de mascarillas, han permitido que haya menos contagios de otros virus estacionales también. Estar siempre preparados, ese es nuestro constante desafío en lo que queda de pandemia. Con respecto al futuro de las enfermedades infecciosas, es incierto lo que se viene. Por ello es fundamentar cuidar el uso de antibióticos para empezar y valorar lo que tenemos…..porque tengo claro que ya no somos los mismos. Hemos aprendido grandes lecciones durante este período.
Paulina Yarur Chamy