Esta semana se cumplen 73 años de la implantación colonial de Israel sobre Palestina, hecho que los palestinos conmemoran como la Nakba, en árabe, la catástrofe, señalando con ello lo que dio lugar a la destrucción de su sociedad y la expulsión de su tierra a través de una limpieza étnica. Más de la mitad de la población palestina fue expulsada premeditadamente, tal como lo han acreditado los historiadores palestinos y los llamados nuevos historiadores israelíes postsionistas.
El momento actual que se vive en Palestina, entre desalojos, vejaciones y bombardeos, da cuenta que la Nakba es un proceso permanente en la condición palestina. Esta coyuntura coincide con la reciente publicación de un informe de Human Rights Watch, que ha declarado que Israel comete crimen de Apartheid hacia los palestinos, es decir, que ha creado un sistema jurídico y político que va en desmedro de sus derechos, basado en privilegiar a un grupo de población por sobre otro.
Desde que Israel tomó la ciudad de Jerusalén Este en 1967, ha intentado sistemáticamente modificar su situación demográfica, instalando colonos israelíes y desplazando a la población palestina. En julio de 1980, mediante una ley promulgada por el Knesset, Israel declaró a la ciudad como su capital “eterna e indivisible”, contraviniendo el derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el que en agosto de 1980 dictó la resolución 478 en que determina “que todas las medidas y los actos legislativos y administrativos adoptados por Israel, la potencia ocupante, que han alterado o pretenden alterar el carácter y el estatuto de la Ciudad Santa de Jerusalén, y en particular la reciente «ley básica» sobre Jerusalén, son nulos y carentes de valor y deben dejarse sin efecto inmediatamente”. Además, insta a todos los estados a no establecer sus representaciones diplomáticas en la ciudad. La resolución 2334 del Consejo de Seguridad de diciembre de 2016 también establece que todas las colonias israelíes en los territorios ocupados, incluyendo Jerusalén Este, no tienen valor jurídico alguno.
Sin embargo, el proceso de limpieza étnica en Palestina ha continuado en forma creciente y sistemática, con el objetivo de adquirir la mayor cantidad de territorios con la menor presencia de población palestina posible. Los fallidos Acuerdos de Oslo, establecidos entre Israel y la Organización para la Liberación Palestina entre 1993 y 1995, fueron utilizados por el primero para perpetuar la ocupación y extenderla, fragmentando los territorios palestinos, desatando la destrucción de aldeas, multiplicando la construcción de asentamientos ilegales, prohibiendo la libertad de movimiento y estableciendo cientos de puntos de control militar para hacer insoportable la vida a la población palestina. Además, ha construido carreteras y espacios exclusivos para los colonos que consolidan una situación de Apartheid, cuyo símbolo más evidente es el muro construido a partir del año 2003. Su edificación fue condenada por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en julio de 2004, estableciendo que Israel debía detener inmediatamente la construcción del muro en la Cisjordania ocupada, desmantelar los tramos ya construidos y reparar los daños causados a la población palestina, lo que fue rechazado por dicho Estado que continuó con su construcción.
Es en este contexto en el que debemos comprender tanto el informe de Human Rights Watch, que denuncia los crímenes de Apartheid cometidos por Israel, como los sucesos ocurridos en Jerusalén en los últimos días. Estos han comenzado con el dictamen jurídico israelí de desalojo de familias palestinas en el barrio árabe de Sheikh Jarrah, un barrio tradicional de la parte oriental de la ciudad, en el cual ya desde hace décadas, se llevan a cabo causas judiciales para desalojar a los palestinos que por años lo han habitado. Sin embargo, no es sólo Sheikh Jarrah, es también Silwan, y tantos otros lugares que dan cuenta de una práctica sistemática israelí de intentar borrar la presencia palestina en la ciudad de Jerusalén y en toda Palestina. Durante estas últimas semanas, esta práctica colonial de despojo y vejación ha adquirido mayor visibilidad por haber coincidido con el mes de Ramadán. Se han producido provocaciones por parte de los colonos israelíes, no sólo con ataques a las familias palestinas en sus propiedades, sino también con el despliegue de marchas racistas antiárabes a las puertas de la ciudad antigua bajo el lema “muerte a los árabes”, mientras los musulmanes palestinos celebraban su festividad religiosa. Todas estas provocaciones generaron la protesta de los palestinos, la cual fue respondida con una brutal represión ejercida contra la población civil palestina por la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas, incluso con ataques con gases lacrimógenos dentro de Mezquita de Al-Aqsa (tercer lugar más sagrado del Islam). Estos hechos han dejado cientos de heridos y ha generado un levantamiento general del pueblo palestino en señal de resistencia.
Lo anterior, es lo que ha generado la actual ofensiva bélica en la cual Israel bombardea la franja de Gaza, uno de los territorios más densamente poblados del mundo y en permanente crisis humanitaria, como ya lo ha hecho en repetidas ocasiones (2009, 2012, 2014, y durante el año pasado y el presente, en plena pandemia) generando destrucción y muerte de civiles. En esta perspectiva, es necesario tener claro en el análisis que, la actual situación no ha de verse como una escalada de violencia en un “conflicto”, sino como el despliegue de un programa de limpieza étnica de un proyecto colonial –el sionista israelí-, y la legítima resistencia que ante éste opone un pueblo oprimido, el pueblo palestino.
Ricardo Marzuca y Kamal Cumsille
Académicos del Centro de Estudios Árabes Eugenio Chahuán de la Universidad de Chile
Perfecto, muy clara la explicación del conflicto, lamentablemente ésta explicación sólo la van a entender los valientes que no son dominados por intereses económicos, lamentablemente los cobardes dominados por intereses económicos son la mayoría.
Gracias por tan clara explicación.
De parte de un decendiente de padres palestinos que siempre entendió lo mismo.
La verdadera religión es que el creador quiere vivir en su templo, y ese templo somos cada uno de NOSOTROS, nosotros todos los seres humanos.
El pueblo de Israel está equivocado al pesar que sólo ellos son el pueblo elegido siendo que cada uno de NOSOTROS toda la humanidad es el pueblo elegido, sabiendo ésta verdad pueda ser que él SENTIDO COMÚN triunfe y que este conflicto termine con todos la humanidad viviendo en harmonía.
El pueblo judío al no aceptar al verdadero mesias Jesús de nazaret, nunca a entendido ésta VERDAD.
Totalmente de acuerdo con esta columna y lo que está cometiendo Israel contra el pueblo palestino es un genocidio y crímenes de lesa humanidad con el apoyo de EE. UU especialmente
El pueblo Judío mientras no acepté a Jesús de nazaret cómo Mesías guia espiritual el conflicto siempre va a persistir por falta de justicia, sin justicia nunca va a haber paz verdadera, puede haber una paz con sometimiento y aniquilación de la oposición pero el resentimiento siempre va a existir y eso no es una paz verdadera.
Para que ponen ésta sección de respuestas si por temor a represalias no publican las respuestas, por está causa el sionismo está triunfando en el mundo.
Para que ponen ésta sección de respuestas si por temor a represalias no publican las respuestas, por está causa el sionismo está triunfando en el mundo con consecuencias catastróficas por no imponerse la verdad.
Por favor orientenme para ser útil de su causa de nuestra causa ,justicia.
Saquen esta opción dado que no es tomada en cuenta cuando se ocupa, es ridiculo ponerla si no la aplican cuando se utiliza, yo opine varias veces y no la publican